Una tarde, Roberto Lanza acude al colegio a recoger a su hijo, Liam. El niño dijo algo que levantó en la escuela la sospecha de pedofilia, así es que la profesora le pide explicaciones al padre. A partir de ese momento, el protagonista vivirá la experiencia de un acusado y su paternidad se convertirá en una espiral de acontecimientos sobre los cuales no tiene ningún control.