En 1957, Adelina tiene catorce años y vive en Turín con su tía Amalia. Entre los pupitres de la escuela, la muchacha es el hazmerreír de la clase: a su edad no parece capaz de recordar las lecciones. Su severo profesor no le da tregua y decide que su brillante compañera Luisella la ayude en el estudio. Si Adelina empieza a ir mejor en la escuela no será gracias a la ayuda de su amiga, sino a un don extraordinario del que parece estar dotada: la capacidad de leer con el olfato. Este talento representa, no obstante, una amenaza: el padre de Luisella, un notario implicado en negocios no del todo claros, intentará utilizarla para descifrar el célebre manuscrito Voynich, el códice más misterioso del mundo.