Caz Frear nos ofrece esta novela negra en la que se explora el valor y la sagacidad femeninas para resolver
un caso de feminicidio en el cual los sospechosos y testigos son piezas de más de un solo rompecabezas.
Catrina ¿Cat¿ Kinsella es una joven policía millennial de la división de Homicidios que está dispuesta a enfrentar
el duro carácter de su jefa, la comandante Steel, así como las burlas veladas de sus compañeros en un
plan de desconfianza e incredulidad acerca de su capacidad para resolver un caso tan intrincado como lo es
el asesinato de Maryanne Doyle o Alice Lapaine, su otro nombre.
La autora nos relata esta novela como un caso estrujante por el hecho de someter a su protagonista a un
bombardeo sentimental que, sin esperarlo, se conecta con su quehacer profesional poniendo en riesgo su
estabilidad familiar y amorosa. Cat ha sido siempre la niña de papá, pero un recuerdo del pasado relacionado
con Maryanne, la víctima, y su padre la pone al borde de los nervios. Sus indagatorias apuntan a un desenlace
terrible: ¿es Maryanne la chica a la que su padre conoció hacía algunos años?, ¿por qué Maryanne
aparece degollada frente al pub de su padre?, ¿por qué Maryanne ocultó un embarazo? ¿De quién estaba
embarazada? Decidida a enfrentarse al pasado y a su propia familia, Cat está dispuesta a llegar a las últimas
consecuencias del caso.