Nuestro protagonista, un hombre que ha sufrido alucinaciones y por eso fue ingresado a La Colonia, lo dan de alta y se pone a trabajar ahí mismo. A su cargo quedan cuatro hombres: Kiki, quien sólo sabe decir Jamón; Miguel, un chico al que le gusta desnudarse en cualquier parte; un viejito que nadie va a visitar y no hablar y Paco, un mexicano que sólo quiere cantar rancheras y tiene una novia guapa. Un día está nuestro protagonista escribiendo en su diario y reconoce que no hay un sitio en el cual sus cuatro "enfermos" puedan desahogar el cuerpo, así que decide mentirle al director del lugar, diciéndole que se los llevará a la kermés del pueblo y en realidad los lleva al prostíbulo al que él siempre va. Como es de esperar, tres de ellos se escapan y solo Kiki se queda a su lado. A partir de ahí, con ese registro diario que hace, sabemos las aventuras por las que pasa para ir localizando a cada uno de sus personajes. Con humor, con cariño y cierta ternura llegamos a conocerlos y a descubrir la belleza de Kiki, un coprotagonista que nos endulzará el corazón.